dissabte, 20 de febrer del 2016

EL DERECHO ROMANO: EXPRESIONES

Aunque con la aparición de los diversos códigos civiles de cada estado, el canteras romano perdió vigencia, han perdurado en nuestra cultura, y en la de toda Europa, un gran número de expresiones latinas que se han ido incorporando al nuestro léxico a lo largo de los siglos en los que el derecho romano estuvo vigente.


DEFINICIONES

  • Ars boni et aequi. - El Derecho es el arte de lo que es bueno y lo que es justo.
  • Ius gentium est quo gentes humanae utuntur. - El Derecho de gentes es aquél que utilizan los pueblos.
  • Ius naturale est quod natura omnia animalia docuit. - El Derecho natural es el que la naturaleza enseñó a los animales.
  • Lex est quod populus iubet atque constituit. - La Ley es lo que el pueblo manda y decide.


SENTENCIAS

  • Summum ius, summa iniuria. - Suprema justicia, injusticia suprema.
  • In dubio pro reo. - En caso de duda, a favor del reo.
  • Affirmanti incumbit probatio. - Al que acusa, le corresponde demostrarlo.
  • Dura lex, sed lex. - La ley es dura, pero es la ley.
  • Legem brevem esse oportet quo facilius ab imperitis teneatur. - Hace falta que la ley sea breve, para que sea comprendida fácilmente por los inexpertos.
  • Melius est impune delictum relinquere quam innocentem damnare. - Es preferible dejar un delicto sin castigo que castigar a un inocente.
  • Quod non est, confirmari non potest. - Lo que no existe no se puede demostrar.
  • Ignorantia legis neminem excusat. - La ignorancia de la ley no excusa a nadie.
  • Qui prior est tempore, prior est iure. - Lo que es primero en el tiempo, es primero en el derecho.
  • Ubi lex voluit, dixit; ubi non voluit, tacuit. - Cuando la llei lo quiso, lo dijo; cuando no lo quiso, lo calló.


EXPRESIONES

  • De facto, de iure. De hecho y de derecho.
  • Quid pro quo. Una cosa por otra.
  • Stricto sensu. En sentido estricto.
  • Sui iurisDe su propio derecho, con capacidad legal.
  • Nasciturus. El que tiene que nacer.
  • Habeas corpus. Ten un cuerpo, sé libre. 



Finalmente, hay que recordar lo que los romanos consideran los tres pilares básicos del derecho y que cualquier persona podría asumir como filosofía de vida: honeste vivere, alterum non laedere, ius suum cuique tribuere. Vivir honestamente, no hacer daño a nadie y dar a cada uno lo que es suyo.







EL DERECHO ROMANO

1. DEFINICIÓN

Para expresar el concepto de derecho, los romanos usaron la palabra ius, que definir como ars boni et aequi, « el arte de lo bueno y lo justo ». A partir del siglo IV, el término ius fue sustituido por derectum, palabra derivada de directum, «lo que es recto », y de ahí deriva la palabra derecho. 




El conjunto de leyes de la Época Romana

El derecho romano es el conjunto de normas con valor de ley. Tienen capacidad para obligar a cumplirlas, acumuladas a lo largo de la historia de Roma. Engloban desde las leyes no escritas, heredadas de los antepasados, que constituían el llamado «derecho consuetudinario», hasta las leyes escritas. 

Este conjunto de leyes se distribuía en dos grupos: 

- Las que afectaban exclusivamente a los ciudadanos constituían el «derecho civil»; este derecho era público y competencia de las magistraturas y de las diversas instituciones políticas.

- Las que afectaban las relaciones con otros pueblos, o los litigios de los extranjeros en Roma, o de un ciudadano con un extranjero se basaban en el derecho natural. 






La jurisprudencia romana

En segundo lugar, se entiende por derecho romano el conjunto de obras que nos han llegado de la época romana en la que se estudiaban, comentaban, resumían y compilaban las normas legales, es decir, la jurisprudencia. Estas leyes constituyen una auténtica ciencia jurídica.


Una materia de estudio

Finalmente, por derecho romano se entiende una asignatura, una materia fundamental en los estudios de derecho prácticamente hasta la actualidad. El derecho romano ha continuado presente en todos los planes de estudio de las facultades de derecho de todo el mundo. 


2. HISTORIA DEL DERECHO ROMANO 

La historia del derecho romano se divide en tres etapas:

- Des de la fundación de la ciudad hasta la Segunda Guerra Púnica

En los inicios, la sociedad estaba organizada en dos grandes bloques: patricios y plebeyos. El populus romanus Quiritium estaba formado únicamente por los patricios, llamados así porque eran descendientes de los patres o fundadores. 

Según la tradición, el mismo Rómulo lo dividió en tribus y cada tribu, a su vez, estaba dividida en 10 curias y cada curia en 10 decurias. Estas curias tenían su propia asseblea  y sus cabezas formaban el Senado. Junto a este populus romanus estaba la plebe. Además de esta plebe, estaban los clientes, adscritos a la protección de los patricios. 

Esta primera etapa el derecho sólo afectaba a los ciudadanos, es decir, personas con derecho de ciudadanía, que los plebeyos y los extranjeros no tenían.


- Des del final de la Segunda Guerra Púnica hasta la muerte de Alejandro Severo:

Es la época de mayor expansión de Roma, en el que deja de ser una ciudad Estado y se convierte una capital. El trato de los romanos con otros pueblos les permitió conocer algunas ideas e instituciones jurídicas, que interpretadas por el espíritu práctico romano, dieron origen al derecho de gentes, que se puede definir como un ius civile aplicable también a los extranjeros. Contribuyó de manera decisiva la creación del praetor peregrinus, cargo político investido de jurisdicción tanto en las controversias entre extranjeros como entre éstos y los ciudadanos romanos. 


- Des de la muerte de Alejandro Severo hasta Justiniano:

Cuando murió Alejandro Severo, el Imperio entró en una profunda crisis que hicieron tambalear los cimientos del Imperio que había conseguido sobrevivir gracias a emperadores como Diocleciano y sobre todo Constantino, que desplazó la capitalidad del Imperio a Bizancio, llamada Constantinopla en honor de su refundador. Aunque el nuevo centro del poder estaba situado en Oriente, el latín continuó siendo la lengua oficial de los tribunales y el derecho romano sobrevivió en forma de colecciones y compilaciones.




EL EJÉRCITO ROMANO

La historia de Roma está unida a la del ejército porque fue la clave para expandir sus dominios. Llenaron Europa de calzadas y puentes, fundaron ciudades...

LA ÉPOCA MONÁRQUICA 

En la época monárquica, el servicio militar era para todos los hombres romanos una obligación.



La sociedad romana estaba dividida en tres tribus, cada una de las que contribuía a la formación del ejército con 100 jinetes y 1.000 soldados de infantería. Estos 3.000 soldados de infantería a los que se tenían que añadir los 300 jinetes constituían la legión.

Según la tradición, Servio Tulio dividió la población en cinco clases sociales tomando como criterio la fortuna personal de cada persona y concedió los plebeyos la posibilidad de formar parte de la milicia. 

Estas cinco clases estaban divididas en 193 centurias. Cada centuria estaba obligada a contribuir con 100 soldados, pero sólo los de las cuatro primeras clases sociales integraban la legión; los de la quinta, armados más pobremente, actuaban como auxiliares de los demás y recibían el nombre de vélites. 

Cada legión constaba de unos 4.200 hombres. Cada soldado pagaba su armamento y su manutención.





LA REFORMA DE CAMILO



La ampliación de los objetivos militares y de la duración de las campañas obligó al Estado a compensar los soldados con una subvención. A finales del siglo IV aC, Marco Furio Camilo introdujo una unidad táctica más manejable y autónoma, el manípulo, formada por dos centurias. Este es el tipo de ejército con el que Roma se enfrentó con Cartago en las guerras púnicas. La legión estaba formada por 4.200 hombres distribuidos en: 

• hastati (hastati en latín): 10 manípulos de 120 hombres, escogidos entre los más jóvenes. 

• Princeps (principes): 10 manípulos de 120 hombres, los más veteranos y experimentados. 

• Triarii (triarii): 10 manípulos de 60 hombres, 600 hombres, los de más edad. 

Repartidos entre las tres clases, los vélites, los más pobres y peor armados, se agrupan en 30 manípulos de 40 hombres cada uno. A estos 4.200 soldados de infantería, de los que continúan excluidos los proletarii, hay que añadir: 

• La caballería o equites, cuerpo de élite reservado a la aristocracia y que desarrollaba un papel complementario a la legión. 

• Los aliados o socii, reclutados entre los diversos pueblos itálicos.

• Las tropas auxiliares o auxilia, reclutados entres los pueblos no itálicos sometidos al poder de Roma.




LA REFORMA DE MARIO



Este organigrama duró hasta el siglo I aC, cuando el general Cayo Mario llevó a cabo una profunda reestructuración, en la que profesionalizó el ejército, fue dar entrada a los proletarii, uniformizó el armamento de las tres líneas y dio personalidad propia a cada legión y le otorgó como símbolo distintivo una águila de plata el estandarte de la que llevaba el aquilifer. 

Además, incrementó la disciplina, la instrucción y el equipamiento militar. también crear una nueva unidad táctica, la cohorte, que comprendía la vez tres manípulos divididos en tres líneas: triarios , príncipes y hastati . La legión consta de 6.000 hombres divididos en 60 centurias  que son 30 manípulos que se agrupan en 10 cohortes.






ÉPOCA IMPERIAL

Cuando Augusto se hizo dueño del poder se vio obligado a licenciar un gran número de soldados. Recurrió a darles tierras de cultivo o crear nuevas ciudades para ellos; así nació Emerita Augusta, para acoger a los veteranos de las guerras contra los cántabros.

Durante el Imperio, se dedicó sobre todo a proteger las fronteras y mantener en orden las provincias. Las tropas auxiliares se convirtieron en un elemento importante de romanización; formar parte tenía grandes atractivos para los nativos: un trabajo seguro durante los 25 años en que el soldado se quedaba en el ejército y, a la hora de la jubilación, la adquisición de la ciudadanía romana.





dimecres, 3 de febrer del 2016

ACUEDUCTO DE SEGOVIA

El Acueducto de Segovia es un acueducto romano situado en la ciudad española de Segovia. Fue construido a principios del siglo II d.C., en época del emperador Trajano. La parte más visible es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, en la ciudad. Tiene una altura de 28 metros y una longitud total de 813 metros. Está formada por una doble arcada; la inferior consta de 119 arcos; la superior, de 44 arcos.

La inscripción se encontraba debajo de donde actualmente hay una imagen, es decir, una estatua de la Virgen.







El método de Alföldy

El estudio que Géza Alföldy elaboró junto al fotógrafo del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, Peter Witte, captando imágenes a corta distancia de los agujeros de los anclajes de las letras de la inscripción, ha aportado una valiosa documentación sobre la cartela del Acueducto que le llevó a interpretar el texto original y así descifrar que el monumento fue construido en tiempos del emperador Domiciano y concluido por Trajano. 

Gracias a este estudio, Alföldy pudo sacar conclusiones, como por ejemplo que las huellas conservadas permiten calcular que la inscripción contaría con 157 signos, de los cuales 131 son letras y 26 interpunciones por cada lado. Las letras se fijarían mediante unas pequeñas patillas, vástagos planos, sujetos perpendicularmente a las caras interiores de las letras.

Con la aportación de estas imágenes, con las que precisó la interpretación del mensaje que había hecho antes en su despacho, marcó una de las grandes diferencias entre su informe y otras tesis sobre la cronología de la obra de ingeniería romana. “Éste es el estudio más exacto (...) porque los anteriores se habían realizado con dibujos o fotografías hechas desde el suelo, a una distancia de 30 o 40 metros de los agujeros, (...) y en algún caso se hace referencia a clavijas cuadradas cuando fueron ovales”.


La inscripción

MP NERVAE TRAIANI CAES AVG GERM TR A IL COS IL PATRUS PATRIAE IUSSU PEMUMMIUS IT IP FABIUS TAURUS VIRI MUNIC FL SEGOVIENSIUM AQUAM RESITITUERUNT

Traducción:

Los emperadores  Nerva, Trajano y del padre de familia Fabio cortan el cuerpo de un toro símbolo de su país y que el agua se restituya.








OBRES PÚBLIQUES

1. Vías y puentes

- Vías 

La calzada es la más importante de todos los tipos de vías romanas. Su anchura era de cinco o seis metros y tenían aceras. Estaban construidas con un pavimento de medio metro de profundidad, compuesto por cuatro capas de materiales diferentes, entre dos márgenes de sillares. La parte superior estaba formada por losas. 

Las distancias se señalaban con unas pequeñas columnas de piedra, clavadas en el suelo cada mil pasos (1.500 metros aproximadamente), llamadas miliarios; en estas columnas también figuraba la distancia recorrida, y el nombre del emperador o del magistrado que había mandado construir o reparar la calzada. 

En el foro de Roma se encontraba el miliario cero, el miliarium aureum, del que salían todas las calzadas importantes; de ahí el proverbio « todos los caminos llevan a Roma ». A lo largo de las calzadas importantes había unas paradas o puestas, llamadas mansiones. 


En la Península , la más importante era la que iba desde los Pirineos, por la Jonquera, hasta Cádiz ; por la costa continuaba por Valencia y después se adentraba hacia el interior.








- Puentes

Los romanos desarrollaron más que ningún otro pueblo de la antigüedad la técnica y la belleza de los puentes. Desde la construcción del primitivo puente de madera sobre el Tíber, los romanos desarrollaron una técnica que hoy aunque es admirable por su perfección y solidez. 

La base del puente era un arco profundo, en realidad una vuelta corta de medio cañón, de bloques de piedra bien trabajados, sin argamasa en las junturas. Encima había una calzada plana, de cinco o seis metros de ancho, con aceras. Este modelo de puente es lo que ha persistido hasta el siglo XX. Para muchos puentes romanos aún circula el tráfico actual. 

En España destacan los de Mérida, Alcántara, Córdoba y Salamanca.





2. Acueductos y alcantarillas

Los romanos tenían mucha cura del agua y desarrollaron unas técnicas que copiaron de los etruscos. En las casas urbanas unifamiliares y rurales habían cisternas o pozos para el suministro de agua. 

- Acueductos

Para satisfacer este enorme consumo de agua se construían enormes depósitos a la entrada de las ciudades, provistos por medio de acueductos que captaban las aguas los ríos, de las fuentes y de los pantanos artificiales. 

Los acueductos consistían básicamente en un canal con las paredes bien impermeabilizadas que, normalmente, iba a ras del suelo, pero que, a veces, tenía que salvar grandes desniveles. Para resolver este problema los romanos inventaron un tipo de puentes de varios pisos de arcadas, construidos unas veces con piedra, otras veces con Opus Mixtum, sobre los que pasaba el agua por un canal estrecho. Roma estaba provista por quince acueductos. 

El acueducto más antiguo de España es el de las Ferreres, en Tarragona, y el más monumental es el de Segovia, que hace más de treinta metros de altura en la parte central; también son interesantes los restos del acueducto de Mérida.






- Alcantarillas

La gran cantidad de agua que se consumía en las ciudades romanas se desaguaba mediante un sistema de alcantarillado muy completo. La red de galerías subterráneas, reforzadas con bóvedas de medio cañón, coincidía con las de las vías urbanas. Las aguas utilizadas en las casas, las termas y las fuentes, así como las de la lluvia, desembocaban allí. Solían ir a parar a un río cercano o al mar, si eran ciudades costeras. 

Las primeras cloacas del mundo romano fueron construidas en la capital durante la ética poca de los etruscos: la llamada Cloaca Maxima, el desagüe de la que hoy todavía se puede ver en el Tíber. La perfección de estas obras es evidente si tenemos en cuenta que hoy en día algunas ciudades todavía utilizan el sistema romano de alcantarillado, como es el caso de Mérida.






3. Murallas y fortificaciones 


- Murallas 

La mayor parte de las ciudades romanas de nueva planta fueron creadas a finales de la República y comienzos del Imperio. De ahí que no necesitaran protección especial contra enemigos exteriores, porque vivían tranquilas durante la paz romana. Pero no siempre fue así, y la misma ciudad de Roma tuvo dos recintos amurallados; el primero, conocido con el nombre de muri Servian, era atribuido al rey de origen etrusco Servio Tulio y era similar al de otras ciudades etruscas; el segundo, que abarcaba un espacio mucho mayor, es de finales del siglo III dC, en el tiempo del emperador Aureliano. 

En esta época del Bajo Imperio, en vista del peligro casi todas las ciudades se tuvieron que dotar de murallas o tuvieron que rehacer las que habían tenido al principio. De las muchas murallas que todavía se pueden ver en las ciudades de la antigua Hispania, las mejor conservadas son las de Lugo y Tarragona. Las técnicas y los materiales de construcción de las murallas romanas variaban según la zona y la época de construcción. Su anchura solía ser suficiente para el paso de carruajes y máquinas de guerra. Estaban flanqueadas por un número variable de puertas monumentales con paso separado para vehículos y personas. Las cerraduras de pared entre puerta y puerta estaban reforzados por torres, de planta semicircular, normalmente. Cerraduras y torres se construían llenando una «caja» hecha de piedras machacadas bien trabajadas con una sólida argamasa de piedras, tierra y escombros. Además de las fortificaciones urbanas, los romanos nos han legado dos magníficos ejemplos de su voluntad imperialista: la muralla de Adriano, con la que proteger frontera de Britannia con Escocia, que tiene más de cien kilómetros de largo y una media de cinco metros de altura por uno y medio de ancho; y toda la serie de fortificaciones con el que proteger la frontera (limas) del Imperio contra los germanos, entre el Rin y el Danubio.